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17 oct 2010

Cocina y mamá

Tal como decía mi madre cada que yo acercaba una sillita a la estufa y me ponía un mandilito igual de pequeño que mi cuerpo e inocencia: "gobierna con total dictadura sobre el fuego". Tenía que cuidar de no cortarme, de no quemarme, de no usar los condimentos equivocados en las ensaladas que mi madre me ordenaba preparar, según esto porque son mil veces más fáciles de preparar... TODO EN LA COCINA ES COMPLEJO.

Les hablaré de mi madre. Mujer bizarra y complicada, siempre con dolor de manos; ella hacía de todo en la cocina, dictaba recetas a las muchachitas de alcurnia que se acercaban a casa para aprender a cocinar y enamorar a sus posibles esposos; regañaba a mis hermanos y a mí con cuchillo en mano (no había peor regaño que ese, ni el de papá tenía comparación alguna, él sólo nos veía feo y nos mandaba a la cama sin darnos un beso de buenas noches); también consolaba a sus ex alumnas cada que sus platillos no les salían tal como la receta decía y sus esposos iban a otras cocinas pa' ver como estaba el agua de sus tamales...(sólo para eso, ¡eh! No sean mal pensada por favor).

Mi madre, en la cosmogonía de su cocinita, llena de aromas, de procesos de metamorfosis, de añejamiento y sobre todo el de encapsulamiento de lágrimas... Mi madre, la mujer caderona, de voz ronca y fuerte, con el cabello siempre trenzado religiosamente en dos, con sus mandiles que le daban la completa autoridad en su covachita. Mi madre,  la mujer que adoraba al fuego con total devoción... Esa mujer vieja y sola que ahora pasa las tardes encantando a mis niñas con las historias que a ella la encantaron a la misma edad que mis hijas. Y dándoles el consejo siempre recordado en las cocinas de mi familia: "gobierna con total dictadura sobre el tixtle*".

*fuego

1 comentario:

uMa dijo...

Hey tú!
No tienes habilitado la opción de compartir con twitter, de todos modos yo lo comparto xD… Cuídate Chencha, saludos….