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6 jun 2011

Para que me sigas leyendo

El café ha sido más que sustancia venenosa en mi cuerpo.
Ha provocado esta rarísima sensación
de gritar tu nombre tantas veces
sea necesario, echarme a la cama
y tocar cada lunar de mi cuerpo.

Suspirarte en la almohada, cruzar las piernas
mientras tus pechos rozan mi espalda.
Poco a poco el jazz nacerá de tu cuerpo,
que en el limbo de los cuerpos
donde no hay nombres ni color
dejes acordes y notas, no presicamente
las más bellas, ni hemos de hablar de belleza.
No es algo que logre conjugarte por completo.
Es como si quisiera llamarte mujer de estrellas
y por más adjetivos que le ponga a tu nombre
todos sean pobres, es como si quisiera
llamarte de mil maneras... seguirían siendo notas más.

Cristal, dedos de lunar.
Andrea, ojos de manglar.
Miriam, labios de sandia.
Teresa, cuerpo de sirena.


Cuanto más te enuncio más te olvido.
Efecto inverso de espera.
Iniciando olvidos.
Café veneno.

29 may 2011


Men.ti.ro.sa


La playa se diluvió en la lluvia. Viste al horizonte y juraste que sería la única vez que dirías o analizarías en ese tema innombrable. Corriste por la orilla de la nube y con tus piecitos trazaste en mi cabeza de algodón: Te amo.

Domingo

Pido perdón, tú te niegas, dices que todo está bien, que ni siquiera lo notaste. El sábado estaba bien, hoy no lo está. Tomas tu suéter, dices que vas de visita con tu madre, no tardarás.

Llevo tres años esperándote, cuando vuelves es en domingo. Aún me odias por haberte llamado Lunes. Pido perdón.

10 may 2011

Insomnio

No quiero más palabras mutiladas, ni recuerdos de ti. Ni cielos azules o alcobas que huelan a ti. No quiero la memoria de lo que no fue. Ni siquiera deseo lo que no será. Sólo me martirizo escribiendo de quien se fue a media nota, quien no pudo amar con la plenitud de la luna llena.


Y aunque mis palabras sean tan burdas como lo han sido siempre aún tengo tu mano en mi cadera, sujetándola con la fuerza debida.

Mis lágrimas aún tienen el sabor ajenjo de tu boca.

Debí bailarte sólo una vez, para que recordaras cada parte de mi ser. Para que no te fueras tan rápido o debí quizá no dejar que entraras así, sin pedir permiso, sin demostrar alguna muestra de respeto y cordialidad. Debí no ser una niña más. No hablar de lo que todos hablan. Debí amarte sin mi único encanto: las palabras.

Debí no jurar amor, no amarte, para así amarte sin saberlo, sin que nadie lo sospechara, para que al acabar la noche durmieras con el sabor de lo que todos hablan y sin preocupación de tiempo o espacio todos reprochen que no, no es amor.

Así debió de ser. Sin formulas ni añoranzas, sólo tu mano en mi cadera, que no la quitaras en ningún momento. Yo amándote sin saberlo, sin decirlo. Tú huyendo, como siempre…

8 may 2011

Nuevos caminos a Marte

Todas las mañanas ponías tango, comenzabas los rituales musicales con tarareos, sonrisas, balanceabas tu cadera a todas las direcciones; creabas un nuevo mapa a Marte. El aroma de tus mil alimentos y mi única taza de café hacían que nos acostumbráramos al verdadero aroma de la casa, tu cabello pelirrojo aún húmedo del perfume de jazmines, mi cuerpo bañado en ungüentos y soledad...

De Rojo

Me gustan esos lapicitos rojos, los de punta pequeña, pareciera que tienen el carmín de tu boca. Serán mis favoritos, siempre lo han sido. No sólo por tu recuerdo,  también tienen la imagen de mi madre corrigiendo como loca sus notas con tintas rojas; o la de mi abuela que cuando yo era más pequeña garabateaba carillas felices en las yemas de sus dedos y los disfrazaba para mí. Todas en rojo. Todas las mujeres de mi vida vistiendo de rojo.

25 abr 2011

Improvisando líneas para ti

"...todo el hueco del cielo,
toda la cavidad de la hermosura
no bastaría para contenerte,
y aunque el hombre callara y este mundo se hundiera."
Gonzalo Rojas (QEPD)



No tendría más que palabras para retenerte a mi lado,
no habría fuerza alguna para capturar las imágenes de tu pubis
no sabría cuantas palabras podrían tenerte aquí.
 
No bastarán, es cierto. No bastará saberte viva,
tendrías que recordarme cada mañana de tu existencia,
deberías de respirarme en la espalda,
rasguñarla en cada lunar.
 
Aunque el mundo se hunda
y se pierdan los sonidos de mi voz
tú deberías de estar cerca, por que
no sólo son mis palabras ni la tesitura de mi voz
las que te aman.
Son los sinsentidos de mi corazón
los que te buscan
es la anatomía de mis suspiros
los que te aman.
Soy yo la que te ama.

15 abr 2011

Shappo

I


Y es que tus gestos me recuerdan arboleadas de otoño,

tu voz es tango habitando en espaldas.

Tú sabes que adiós es cosa seria;

las manos no dejarán de dibujar tus cabellos en la lluvia.

II

Unos cuantos besos no pudieron evitarlo,

ya estabas muy lejos de mi boca. Ya no eras mía.

III

Impulsos de luna bebidos en sorbitos nos alejaron.

11 abr 2011

De curas...

Dicen que la cura existe, no pensar.
Dicen que la cura existe, no opinar.

Dicen que la cura existe, no ver,
no sentir,
no amar,
no creer,
no desear.

Yo digo que la única cura es no haberte conocido

28 mar 2011

Todo lo Indica

Todo lo indica. He perdido la cuarta parte de agua en lágrimas, lágrimas de amor, de odio, lágrimas de soledad, y las que son peores: lágrimas por ti.
Mientras lo analizo más sentido cobra; hemos unido relaciones humanas hasta con almohadas que se convierten en amantes y suripantas de nuestros amores. Así como lo ha leído. Nos hemos convertido en imágenes mudas de emoción alguna. Comemos cuanto se nos mete a la cabeza, lo digiere el corazón y se engaña hasta en el menor detalle. Suena un tanto funcional, y yo como principal “clienta” de este proceso, déjeme decirle que es una completa mierda…

De nada sirven las almohadas suripantas, las lágrimas –que aún escurren por las mejillas y se ocultan en el bien delineado cuello- son la peor opción y la peor forma de pagar los precios acordados.
Encontrando toda utilidad y vértices posibles a nuestros enredos los musicalizamos y queda una pieza un tanto vacía y pegajosa, algo que nos deja al margen de la historia, ¿no?

Es cierto. Hemos perdido gran parte del día lagrimeando. Mi llanto ahora es más pausado, más sentido, y sí, más ridículo.
Cortázar tenía las instrucciones para llorar. Son malas. No, Cortázar es ambiguo aquí. Ni pa’ su lado ni pa’l mío. Es simplemente Julio.
¿Tenemos que sentir una lágrima? Pues… para darle más sentido a las mejillas rojizas, a los ojos hinchados y a la molestia generalizada por todo el cuerpo, supongo que sí. Uno debe sentir en lo más profundo de su alma el llorar.

Sentados solos. Recordando el limbo de sus labios…Empecemos con eso.

Bien, ahora. Cómase el tiempo de su pena. Escuche el trinar de los pájaros, huela el sol al momento de salir, saboree el pasto justo en el velo del paladar. Tendrá una sensación exquisita al recordar los besos de esa persona. Descubrirá que el sabor del pasto en su paladar es más placentera que ella/él.
Al sonar su reloj, sentirá como el segundero carcomerá los recuerdos, será –en un principio- un poco doloroso, tendrá que acostumbrarse, toda la vida se nos va en recuerdos y acuerdos que nos complican más, pero al menos nos sirven para marcar ritmo en las horas más silenciosas.

Poco a poco se irán sumando sonidos a la soledad. Veintitrés pasos. Después la imagen de ella/él. Usted cerrará los ojos, pensará en pájaros que duermen en una sola pata y cacarean como si fuesen gatos. Algunas cuantas lágrimas más querrán salir, pero el simple hecho de imaginar pájaros-gato hará que una linda sonrisa se dibuje en su rostro.

La imagen de ella/él será perseguida por el pájaro-gato. Ahora sí, usted es libre de esa persona. Felicidades, lo ha logrado.

18 mar 2011

Tangos

Corrieron los tangos a media noche

disfrutando una rebanada de luz y miedo;

cubriéndote ausente de mí.



Cerraste medio párpado de sueño,

lo demás fue silencio.

Al despertar, era canto de aves

anidadas a tu sexo.

4 ene 2011

Oír cantar

Notas de alma herida mecen el atardecer.
Un son de selva ardiente
vuela por mis piernas,
jugetean mis dedos trazando el afecto
que voló entre las alas acusadas de temor.

Nacerá la molécula de tiempo en tus muslos para correr a tu pubis y ahí esconderse de mí.

Calla. No es venganza la que te traigo, es reparo del adiós.

Vení

Ven a mi hora poeta.
Mis manos
han tomado la luna
de tu espalda.
De tu cabello se ha tejido
el camino azulado a mi sueño infantil.

 La oscuridad de tu nombre
esconde el bálsamo de inocencia.
Retomo la soledad
entre tu pecho cercano al sol
y a mi alcoba blanca.
Ven a la hora que te pertenece.