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22 nov 2010

Renata Speretti

De Renata Speretti y su suicidio

Como la caída fue mucho más rápido a lo planeado Renata Speretti sólo pudo contemplar la caída de su cuerpo dentro del sueño, anhelar tomar una última taza de café y darle un último respiro al día que con este movimiento buscado por tantas noches por fin acabaría.

Dentro del sueño Reneta Speretti caminaría cuesta arriba las pocas escaleras que le daban un poco de sentido arquitectónico al edificio donde ha habitado por un tiempo relativamente corto. Su cuerpo temblará un poco al sentir el frío de la noche recorrerle la espalda semidesnuda y la piel de sus pechos sentirá de inmediato la nueva sensación de luchar de manera directa contra la gravedad sin ningún alambre que puedan ser un poco sutil en la batalla que -todo indica- perderá.

Mi querida Renata derramará una pequeña lagrima que recorrerá la circunferencia de su mejilla izquierda mientras el pie derecho se eleva a la altura de su cintura y se posa firmemente sobre la barda llena de mierda de pájaros y escupitajo de los vecinos del edificio contiguo; la lagrima que se desprende de ojo derecho no querrá salir al sentir mayor debilidad y sin más miedos Renata Speretti subirá el otro pie a la barda, verá sus pies desnudos, sentirá como la brisa bohemia recorre sus piernas y de manera casi automática recordará la voz del poeta que la puso en este infierno...


Voces, voces, voces... el calor sofocante, el reloj despertador estará vibrando sobre la repisa que está a su lado. Renata Speretti abrirá los ojos con un gesto de sorpresa y alivio al descubrir que no ha pisado mierda de pájaro; la caída que sintió fue sólo un sueño...

Al momento de apagar el despertador verá el libro que el seudo-poeta dejó firmado y con una selección "especial para ti, mi rayito de sol encapsulado en el recuerdo de un beso" (sí, sí, era ridículo Y cursi el dichoso señor poeta...)
¡Pobre Renata Speretti! Ahora entiende por qué la terrible pesadilla si es que le estaba leyendo a Paulo Coelho y toda la serie de libros de superación personal!

1 nov 2010

Vitrina

I
Miro a través de la vitrina atestada de recuerdos,
tus ojos brillaban bajo aquella luna,
la brisa de tus palabras mojaron mis mejillas.
  
II
Sorbo café a sorbos,
miro a través de la imagen hecha añicos
el espejo colgando de la luna.
Extraño vagamente.

III
Tiempo de partir,
dejar mi nombre en la arena
que el mar me borre.

 IV
Tu imagen
dijo:
¡ adiós!
  
V
¡Adiós!